Las reformas recientes hechas a los sistemas multi-pilar estrechan el vínculo entre las contribuciones salariales y los beneficios, conduciendo a que los críticos arguyan que éstas reformas perjudicarán a las mujeres, quienes tienen un empleo menos continuo y ganan menores salarios que los hombres. Sin embargo, estas reformas también eliminan distorsiones y enfocan las redistribuciones hacia los de menores ingresos, lo que ayuda a las mujeres. Este artículo evalúa el conflicto entre ambas afirmaciones en el caso de tres países latinoamericanos –Chile, Argentina y México. Encontramos que las anualidades correspondientes a las mujeres son menores que las de los hombres en los esquemas de pensiones multi-pilar, pero las mujeres son las receptoras de las transferencias netas públicas y las transferencia privadas intrafamiliares a través de las pensiones