Absenteeism, Pension Reforms and Grandmothers

Both economic and epidemiological literature have shown that perceived high strain at work and lack of social infrastructures are good predictors of sick-leave. The latter is particularly relevant in (Mediterranean) countries where facilities for children and LTC services are relatively scarce and women are frequently asked to fill the gap. The Italian 2011 pension reform, approved under the threat of a financial crisis, significantly restricted age and seniority requirements for retirement, especially for women in private employment, who still enjoyed a much more favorable treatment than men and women in public service. We investigate whether (employed) older Italian women reacted to the postponement of retirement by increasing their recourse to sick-leave. The empirical analysis, based on a noteworthy administrative data set provided by the Italian Social Security Agency, offers unequivocal evidence that this has indeed been the case, in particular for grandmothers. Tanto la literatura económica y epidemiológica han demostrado que la percepción de alta tensión en el trabajo y la falta de infraestructuras sociales son buenos predictores de baja por enfermedad. Esto último es particularmente relevante en (mediterráneos) países donde las instalaciones para niños y servicios de cuidados de larga duración son relativamente escasos y las mujeres se les pide con frecuencia para llenar el vacío. La reforma de 2011 de pensiones italiano, aprobado bajo la amenaza de una crisis financiera, los requisitos de edad y tiempo de servicio restringido significativamente para la jubilación, sobre todo para las mujeres en el empleo privado, que todavía disfrutan de un tratamiento mucho más favorable que los hombres y mujeres en el servicio público. Investigamos si (empleados) mujeres italianas mayores reaccionaron a la postergación de la jubilación, aumentando su recurso a la baja por enfermedad. El análisis empírico, basado en un conjunto de datos administrativa notable proporcionada por la Agencia de Seguridad Social italiano, ofrece pruebas inequívocas de que este ha sido el caso, en particular, para las abuelas.