Ser capaz de medir la calidad de vida de las personas es fundamental a la hora de evaluar el progreso de las sociedades. En la actualidad existe un amplio reconocimiento de que medir el bienestar subjetivo es una parte esencial de la medición de la calidad de vida junto a otros aspectos sociales y económicos. Como un primer paso para mejorar las medidas de calidad de vida, la OCDE ha elaborado directrices que proporcionan asesoramiento sobre la recopilación y el uso de medidas de bienestar subjetivo. Estas directrices se han producido en el marco de la Iniciativa para una Mejor Vida OCDE, un proyecto pionero puesto en marcha en 2011, con el objetivo de medir el progreso de la sociedad a través de once ámbitos de bienestar, que van desde el empleo, la salud y la vivienda, a través de la participación cívica y la medio ambiente. Estas directrices representan el primer intento de proporcionar recomendaciones internacionales sobre la recopilación, publicación y análisis de bienestar subjetivo de datos. Ofrecen orientación sobre la recopilación de información sobre las evaluaciones y experiencias de vida de las personas, así como en la recolección de medidas "eudaimónica" de bienestar psicológico. Las Directrices también esbozar por qué las medidas de bienestar subjetivo son relevantes para el seguimiento y la elaboración de políticas, y por qué los organismos estadísticos nacionales tienen un papel crucial que desempeñar en la mejora de la utilidad de las medidas existentes. Identifican los mejores enfoques para medir, de forma fiable y coherente, las diversas dimensiones del bienestar subjetivo, y proporcionar orientación para la presentación de informes sobre tales medidas. Las Directrices también incluyen una serie de módulos de encuestas prototipo sobre el bienestar subjetivo que los organismos nacionales e internacionales puedan utilizar en sus encuestas.