El gasto público en pensiones de Brasil es de aproximadamente el 9 por ciento del PIB, por encima de la media de la OCDE. Dado que los países de la OCDE son generalmente no sólo ricos, sino también significativamente mayor, el gasto en pensiones de Brasil son claramente excesivos, drenando recursos de otras áreas, como la inversión social que tanto necesitan en la salud y la educación. Más allá de su impacto fiscal, el sistema de pensiones de Brasil también es injusto. Alrededor de la mitad del gasto total en pensiones se pagan a los ex funcionarios públicos, que representan sólo el 5 por ciento de los jubilados totales. Teniendo en cuenta los retos demográficos Brasil es probable que se enfrentan en las próximas décadas, las autoridades han comenzado a implementar una serie de reformas. El régimen general a disposición de los trabajadores del sector privado experimentó grandes cambios en 1999, lo que contribuirá a garantizar el equilibrio actuarial y financiera a largo plazo.