En un Manual de Seguridad Social, publicado en 1958 por la Organización Internacional del Trabajo, el capítulo de las prestaciones médicas se abre con estas palabras: "Sin duda, los problemas más delicados y embarazosos que se plantean en todos los aspectos de la Seguridad Social son los que están en relación con la asistencia médica. Se trata de problemas esencialmente humanos, para los que no puede haber, por su mismo carácter, ninguna solución permanente. La dificultad fundamental es, por supuesto, de carácter financiero, pero está complicada por la tradición individualista de la profesión médica..."
El texto no tiene desperdicio. Señala el profundo sentido humanista de los servicios sociales de asistencia sanitaria por una parte, y por otra recoge sus dos grandes obstáculos o rémoras: el aumento, siempre creciente, de sus costos, y la frialdad, si es que no la hostilidad, de los viejos cuadros de la medicina liberal.