Durante los últimos veinte años se han visto importantes cambios para la seguridad social en el Continente. Sin embargo, también es cierto que la agenda de temas pendientes es todavía considerable. La falta de aseguramiento para pensiones de incapacidad y de vejez así como en salud es una preocupación importante de política para la mayoría de los países de América. El aseguramiento social está estrechamente relacionado con el estado del empleo de los individuos y en su mayoría muchos individuos no cuentan con un empleo que les proporcione en forma conjunta seguro de salud, ahorros para el retiro o beneficios de guarderías, por lo que se dan problemas de riesgo para familias y de productividad para la economía en general.
Sobre el tema de segmentación de los sistemas de seguridad social, las reformas que se llevaron a cabo en los ochenta y noventa han logrado un grado de avance favorable y algunos países han alcanzado soluciones de largo plazo; sin embargo, en otros casos las reformas han sido incompletas. Por esta razón, los trabajadores enfrentan una condición desventajosa cuando necesitan cambiar de trabajo, debido a la falta de portabilidad de beneficios.
Sobre el tema del papel del financiamiento de los tratamientos de VIH/SIDA por la seguridad social se puede decir que los últimos años son prometedores ya que se ha mejorado la cobertura y la tecnología está comenzando a permitir tratamientos más efectivos para combatir la enfermedad. Sin embargo, también se informa que en algunos países existen grandes brechas en cuanto a cobertura y que la mayor eficiencia de los medicamentos está paradójicamente debilitando el comportamiento preventivo de la población enferma y de la población en riesgo. Las mejores perspectivas para el tratamiento significarán una presión creciente sobre las finanzas de los fondos de la seguridad social.