Los progresos en política social se realizan cuando se reconocen los momentos críticos de la historia en que es posible actuar. La nación americana ha entrado en una nueva fase de su desarrollo, en la que puede avanzar con el sentimiento claro de un fin determinado en la lucha contra problemas muy antiguos, como la pobreza y la mala salud. El Presidente Kennedy ha previsto ya nuevas tendencias y fijado nuevos objetivos muy importantes en el terreno del bienestar de la población. Algunas de las proposiciones del Presidente son, en sí mismas, a corto plazo, ya que su fin es dar asistencia inmediata a quienes la necesitan y, al mismo tiempo dar el impulso necesario a la economía nacional. Otras tienen por fin contribuir, a largo plazo, al desarrollo de los planes referentes al bienestar del pueblo americano.
Estos planes tienden esencialmente a mejorar las actividades del gobierno federal y de los estados, que han demostrado su eficacia durante largos períodos, con el fin de acelerar el impulso del progreso nacional. (AU)