El maquinismo, la utilización de las nuevas fuentes de energía que lo hicieron posible, el descubrimiento de nuevos materiales, el advenimiento de los modernos sistemas de trabajo y el cambio tan completo operado en el campo de las relaciones humanas, acentuaron las condiciones de inseguridad ya existentes y dieron lugar a la aparición de una enorme variedad de peligros potenciales para la salud, para la integridad física y mental, así como para la vida de quienes trabajan; y esa peligrosidad potencial se manifestó en forma dramática elevando la incidencia y la gravedad de los accidentes laborales hasta hacer pensar que las enfermedades profesionales, las lesiones corporales, las incapacidades y las muertes representaban un obligado tributo a la naciente civilización industrial.(AU)