En este texto, el autor hace mención de que las reformas agrarias, sobre todo las emprendidas en Latinoamérica, están llenas de obstáculos, que de no salvarse, ahogarán su noble propósito de dotar de una organización agraria más justa; porque en tanto que la reforma agraria tiene un doble objeto: acrecentar el producto nacional o regional bruto y asegurar un mejor reparto del producto entre los rurales, cuando esto no se logra en perfecta convergencia se pueden originar frustraciones sociales, ya que resulta innecesario demostrar que en cuantas reformas agrarias se les ha dejado de dar a los campesinos, junto con la tierra, los materiales técnicos para trabajarla, las dichas reformas han resultado caducas y han originado también fenómenos de anomía que se presenta en ciertos casos como un sujeto desadaptado e insatisfecho en su sistema social. Anomía cuyas fuentes estructurales pueden encontrarse en las raíces mismas de la Reforma Agraria.