Los programas de pensiones, empleo y familia constituyen tres de las cuatro grandes categorías de la política social (la cuarta siendo los de salud). En este artículo se analizan opciones para su diseño dentro de un marco de universalidad de la seguridad social en México. Si bien estos programas tienen componentes de beneficios monetarios centrales, también requieren de estrategias sólidas y específicas a cada uno de ellos en materia de regulación de proveedores, marco fiscal e interacción con otros programas e instituciones. Los programas de empleo requieren de un diseño sin costuras con el sistema educativo y con los programas de capacitación de empresas, y se requiere instituir un seguro de desempleo. La categoría de programas de familia incluyen a los principales para combatir la pobreza extrema, los cuales deben ser incorporados de manera tal que sirvan de vehículo para que los beneficiarios se integren al flujo principal de la sociedad. También, los programas de familia son la clave para resolver los retos especiales de las mujeres trabajadoras, para lograr la integración de los discapacitados al mercado de trabajo, para adoptar una política amplia de desarrollo de niños pequeños y para comenzar a atender el problema creciente de cuidados de largo plazo de personas con discapacidad. Finalmente, en la categoría de pensiones se requiere de una plataforma para articular aspectos fiscales, soluciones de servicio y la multiplicidad de programas para el envejecimiento y la invalidez que existen y que seguirán surgiendo en el país.