El respeto del secreto profesional que tiene su origen en la tradición hipocrática se impone de manera general a los médicos. A este propósito en el Juramento de Hipócrates se dice: >
El mantenimiento del secreto absoluto tiene por razón primordial la confianza que debe existir entre el médico y el enfermo. Las confidencias que un enfermo está llamado a hacer a su médico son a veces de importancia capital y pueden coadyuvar en cierta medida al establecimiento del diagnóstico etiológico y, por tanto, a la terapéutica adecuada. Por consiguiente, toda medida encaminada a mantener esta confianza es oportuna.