La seguridad social no es sólo la protección contra las enfermedades y otros riesgos que amenazan la vida del hombre, es también un hogar al margen de la miseria, un hogar limpio y higiénico por más modesto que sea, una familia con la garantía de la educación de sus hijos y, en fin, una institución con la alegría de vivir y el deseo constante de superarse.
Convivir socialmente, es decir, mantener lazos de amistad entre un grupo de familias, es una necesidad, porque además de mejorar las relaciones humanas, permite la ayuda mutua para la solución de innúmeros problemas. Pero algo más que se consigue con esta solidaridad, es la educación, factor indispensable para vivir en sociedad.
Partiendo de estos principios se considera como una forma de Seguridad Social la creación de Clubes de Aseguradas y Beneficiarias del IMSS.