El rápido envejecimiento de la población de los países emergentes, unido a la típicamente baja cobertura de sus sistemas obligatorios de pensiones, llevaría a que un amplio porcentaje de su fuerza laboral no cuente con pensiones adecuadas, ni ahorros suficientes al momento de su jubilación.
Por ello, es de suma importancia que los gobiernos realicen las reformas correspondientes que garanticen una adecuada protección para la vejez del creciente número de jubilados futuros.