La situación de crisis económica mundial, el envejecimiento de la población y la baja natalidad de España cuestionan la sostenibilidad del Sistema de Seguridad Social español. Éste se basa en los principios de redistribución de renta y solidaridad financiera propios de un auténtico Estado social. En el artículo se propone que para que este sistema sea viable, deben acometerse reformas estructurales que garanticen el desarrollo económico y humano y velen por la pervivencia del Estado del bienestar. La misma preocupación afecta a todos los países de la Unión Europea y encuentra su reflejo a escala mundial.