La llegada al poder del gobierno de Alianza País en Ecuador se caracteriza por un proceso constituyente en 2008 que declara la abolición de las formas precarias de contratación laboral. Sin embargo, las políticas económicas tomadas en los años siguientes en materia de trabajo, al fomentar la productividad y legalizar el despido injustificado, vulneran las solidaridades obreras y desmienten en los hechos el discurso oficial sobre el fin del trabajo precario.