El sobrepeso y la obesidad representan un problema de salud pública que afecta al desarrollo económico de México. Su estudio desde el enfoque médico-epidemiológico resulta hoy insuficiente debido a su magnitud y multifactores que los originan. Por lo tanto, es necesario incorporar la perspectiva económica al análisis de tal manera que ubique sus causas estructurales, según las modalidades del consumo de alimentos que conforman un patrón hegemónico oferta-demanda impuesto por la globalización de los mercados que transgrede los patrones locales. La evidencia empírica muestra que el tránsito de una dieta tradicional a una industrializada, con altos contenidos de azúcares y harinas refinadas, influye en la prevalencia actual del problema de salud pública.