La crisis desencadenada por el brote del COVID-19 trajo consigo un desafío fundamental para las redes de protección social: entregar beneficios rápidamente a aquellos hogares que más lo necesitan. En este documento presentamos los resultados de la evaluación de Ingreso Solidario en Colombia, un programa de transferencias monetaria no condicionadas dirigido a hogares pobres y vulnerables que no se beneficiaban de los programas preexistentes a la pandemia. La evaluación se realiza mediante el método de regresión discontinua en el que se comparan distintos indicadores de bienestar entre hogares elegibles y no elegibles alrededor del punto de corte que determina la elegibilidad, basado en un puntaje que aproxima el ingreso del hogar. Es decir, se enfoca en un subgrupo de hogares con ingresos relativamente más altos que los del beneficiario promedio del programa. Encontramos que Ingreso Solidario incrementó la probabilidad de que los hogares mantengan alguna fuente de ingreso y que no generó desincentivos a la participación en el mercado laboral. Encontramos también que Ingreso Solidario incrementó el gasto en educación de los hogares y la probabilidad de hacer gastos en artículos de limpieza. No encontramos evidencia de efectos sobre el consumo de alimentos en promedio, pero encontramos efectos heterogéneos basados en la severidad de las disrupciones laborales que afectaron a los hogares durante la pandemia: el programa incrementó el consumo de alimentos en los hogares que perdieron una mayor parte de ingresos. Finalmente, encontramos que el programa incentivó la apertura de nuevas cuentas bancarias e incrementó el uso de estas para realizar pagos, sugiriendo que el programa puede generar importantes efectos en inclusión financiera a largo plazo.(AU)