La presente publicación presenta un análisis de las condiciones en que se prestan los servicios por parte de los conductores de autos por aplicación electrónica y de las políticas y estrategias que las empresas de redes de transporte llevan a cabo para detectar cualquier esfuerzo de organización para la regulación laboral. Después de varios años de que estas empresas han penetrado en el mercado mexicano, cada vez más personas se suman a prestar los “servicios”, en condiciones laborales precarias. Las compañías de taxi por aplicación, mediante el modelo de declarar que las personas trabajadoras no lo son, sino que se trata de prestadores independientes de servicios, aumentan sus ganancias y mantiene la pobreza laboral de miles de conductores. La situación que se presentó por la pandemia del COVID 19, los servicios de este grupo continuaron y se volvieron esenciales, lo que los colocó en una situación de alto riesgo para su salud. Se analiza que después de una década del lanzamiento de este tipo de servicios de transporte, los gobiernos del mundo han evaluado los impactos negativos en materia laboral de la llamada “economía colaborativa. El autor aporta importantes informaciones de un sector nuevo de trabajadores, lo que hace del texto un documento vanguardista. (AU)