En el contexto de estos 30 meses de guerra sin cuartel contra el virus de SARS-CoV-2, es imposible vivir sin temor. No es extraño pues, experimentar miedo, pasando por momentos de intranquilidad, frustración, incertidumbre y desesperanza, no sólo por los esfuerzos que ha significado luchar por contener y frenar la propagación del virus, pues agregado a importantes cambios del día a día se enfrenta la desafiante realidad que envuelve el distanciamiento físico, el trabajo desde el hogar, el desempleo temporal, la educación de los niños a distancia y la falta de contacto físico con los seres queridos y amigos. Es importante estar preparados y actualizados para ayudar en el bienestar mental y general de todas las personas, especialmente de aquellos que podrían necesitar apoyo adicional durante estos difíciles momentos.