Con el fin de ayudar a los países a adaptar los sistemas y servicios de salud mental a las normas internacionales de derechos humanos, en estas orientaciones se proporciona una descripción detallada de los enfoques de salud mental centrados en la persona y basados en los derechos humanos. Se ofrecen ejemplos reales de buenas prácticas; se describen los vínculos necesarios con los sectores de la vivienda, la educación, el empleo y la protección social, y se presentan redes integradas regionales y nacionales de servicios de salud mental basados en la comunidad. Asimismo, se incluyen recomendaciones y medidas de acción para desarrollar servicios comunitarios de salud mental respetuosos de los derechos humanos de la población y centrados en la recuperación. Además, este documento integral va acompañado de siete módulos técnicos de apoyo centrados en categorías específicas de servicios de salud mental. (AU)