Los efectos de la pandemia sobre la economía del mundo han sido profundos y se espera sean de largo alcance. Entre los más adversos se encuentra la profundización de la desigualdad del ingreso entre la población. Este trabajo tiene por objetivo ir más allá de la descripción estadística sobre el incremento de la desigualdad e intenta explicar el origen de las desigualdades como un proceso causado por la ideología imperante acerca del funcionamiento económico y el proceso de desregulación que comenzó en los años de 1970. Además, se plantea un carácter dual de los apoyos gubernamentales implementados durante la pandemia a fin de evitar el desplome de la economía. Por un lado, se deja de lado el discurso sobre la austeridad y la autorregulación de los mercados arremetiendo contra la ortodoxia económica y, por otro, la evidencia muestra que en realidad los apoyos procuraron principalmente el quiebre de la economía y el sector financiero en lugar priorizar a la población dando como resultado un incremento sin precedente de la desigualdad.