La seguridad social es la base para que cada persona alcance una vida digna, porque esta sólo es posible cuando se garantiza la satisfacción de aquellas necesidades básicas que le permiten el despliegue de sus capacidades humanas. Esta es una responsabilidad del Estado, que se materializa a través del ingreso mínimo otorgado por los salarios mínimos, las prestaciones de los seguros sociales y los beneficios de programas asistenciales. En México esta obligación se reconoce a través de diferentes figuras: la renta mínima, el derecho al mínimo vital y el salario mínimo. Sin embargo, a la fecha aún existen ciudadanos a quienes no se les ha logrado garantizar un ingreso que les permita satisfacer adecuadamente sus necesidades y que viven en pobreza extrema. En este artículo se analiza, a través del método analítico y descriptivo, el alcance jurídico de la “vida digna” y su relación con la seguridad social, la obligación estatal de la protección del ingreso mínimo, los beneficios sociales destinados y diseñados para asegurar una “vida digna”. Aunque se han logrado avances considerables en relación con el tema —se concluye—, aún es necesario diseñar mecanismos que permitan su adecuada protección y garantía. (AU)