La jornada de trabajo constituye uno de los elementos principales de las condiciones de trabajo. El Convenio Nº 1 de la OIT está dedicado a este tema y refleja la preocupación que existía por las extenuantes jornadas que prevalecían a principios del siglo XX y sus consecuencias sobre la salud y seguridad de los trabajadores. Las regulaciones que siguieron procuraron limitar la duración de la jornada ordinaria, así como también de la extraordinaria y establecer descansos mínimos. Si bien estas iniciativas contribuyeron a un importante avance en estas materias, su efectividad ha sido más acotada en los países donde la relación laboral asalariada es menor y donde existe alta informalidad. En la actualidad, los cambios tecnológicos y las transformaciones en la organización de la producción y el trabajo están sobrepasando en muchos casos a la legislación vigente. Esto plantea la necesidad de revisar la regulación en los aspectos tradicionales de duración y descansos, así como también incorporar consideraciones respecto a la organización del tiempo de trabajo que permita conciliar de mejor manera las necesidades de los trabajadores y de las empresas. En este artículo se discuten estas cuestiones con foco en los países de América Latina. (AU)