El artículo evalúa el desempeño de 40 años de privatización de pensiones implementadas por reformas estructurales en América Latina entre 1980 y 2020 en los 10 países que todavía tienen dichos sistemas. La metodología contrasta las promesas teóricas hechas por los reformadores con estadísticas fidedignas; se encuentra que sólo una de dichas promesas se ha cumplido. Los 10 países son clasificados en tres tipos de reforma estructural: sustitutiva (Chile, El Salvador, México y República Dominicana), mixta (Bolivia, Costa Rica, Panamá y Uruguay) y paralela (Colombia y Perú). El desempeño se mide respecto de los principios de seguridad social de la Organización Internacional del Trabajo (OIT): cobertura; solidaridad social y equidad de género; suficiencia de las prestaciones; eficiencia y gastos administrativos razonables, y sostenibilidad financiera-actuarial. Se evalúa de forma pionera el caso de México en cada uno de los cinco principios, así como las dos rerreformas mexicanas sustanciales de 2020 y sus resultados (que transformaron el sistema de sustitutivo en mixto). Por último, se hacen recomendaciones para mejorar los problemas pendientes después de dichas rerreformas. (AU)