Los sistemas de pensiones modernos se originaron a principios del siglo XX, pero fue recién en la década del 60 cuando los referentes de la teoría económica comenzaron a debatir en el ámbito académico cuáles serían los efectos económicos de los sistemas de pensiones. Fundamentalmente se ocuparon de los efectos sobre el bienestar, sobre la distribución de ingresos y sobre el crecimiento económico. El objetivo de este artículo es plasmar los principales argumentos referidos a cada uno de estos puntos. (AU)