En los últimos tiempos se puede observar, sobre todo en las sociedades más desarrolladas, que se ha llevado a cabo un cambio sustancial en la organización del sistema pensional, de un sistema de transferencias públicas a uno basado en patrimonios privados. La razón fundamental para este cambio es la profunda transformación demográfica de los países industrializados. Dado que el número de personas de edad ha crecido aceleradamente, también han aumentado sustancialmente los gastos en las transferencias públicas. Hace 30 años, Alemania dedicaba una quinta parte del Producto Interno Bruto para cubrirlas; hoy en día dedica, una tercera parte, y, si no se producen reformas sustanciales del sistema de seguridad social, dentro de 30 años se llegaría a la mitad del PIB. Por esta razón es posible pensar que la futura generación económicamente activa se pueda negar a aceptar esa deuda. Por esta causa los sistemas de seguridad social deben ser transformados ahora. Sin embargo aún existe resistencia política ante esto, pues no todos quieren aceptar l os cambios ocasionados por tales transformaciones. Este trabajo expone cómo una sociedad cuyos miembros participan en la producción de riqueza de manera sustancial a través de patrimonios privados, tiene una estructura y una comprensión de sí misma muy distinta de aquella que depende de las transferencias públicas.