El sistema mexicano de seguridad social, luego de operar por más de seis décadas, ha conseguido proporcionar el servicio de salud para un poco más de la mitad de la población residente. Existen grandes variaciones en la cobertura geográfica y socioeconómica. Para proporcionar una cobertura más amplia, el Gobierno Federal creó el Sistema de Protección Social en Salud (SPSS) para cubrir familias de bajos ingresos. Esto se convierte en el tercer instrumento del gobierno para cubrir el cuidado de la salud, además de los dos Institutos más importantes: el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE). En el contexto del SPSS, el Gobierno Federal inició la iniciativa denominada Seguro Popular de Salud (SPS). El SPS ofrece atención médica, estudios clínicos y medicamentos sin costo en el punto de servicio. Hay tres principales fuentes de financiación del SPS: el Gobierno Federal, los Gobiernos Estatales y una prima con cargo a los beneficiarios en una escala móvil, proporcional a los ingresos, de acuerdo a la cual las familias de mayor ingreso pagan primas más altas y las de menor ingreso no pagan nada (programa publicado en el Diario Oficial de la Federación al inicio de cada año). La idea del SPS es cubrir la población no cubierta por las demás instituciones de salud con énfasis en enfermedades catastróficas. El objetivo es un aumento gradual de la cobertura hasta que la cobertura universal se logre en todo el territorio de México durante un período de una década.