El libro surge de la experiencia personal transcendida de quien comparte su aprendizaje a las siguientes generaciones. No es sólo transferencia de conocimiento, sino recreación del mismo; una experiencia guardada y no callada. Es un regalo de solidaridad para quienes viven lo mismo y para quienes lo viviremos. El texto y sus autores nos comparten así el don de su transformación existencial. Vida privada que se vuelve conocimiento social.
Finalmente el libro ofrece una reflexión sobre el papel del investigador en el estudio de cómo su subjetividad, valores e ideología, son parte del instrumento por el cual es posible hacer visible, a través de medios científicos, las experiencias particulares y colectivas que son necesarias de comprender y no sólo conocer.