Se calcula que, todos los años, mueren alrededor de 2,3 millones de personas a causa de los accidentes y las enfermedades relacionadas con el trabajo y 313 millones más sufren de accidentes no mortales en sus lugares de trabajo. Asimismo, se estima que cada año se producen 160 millones de nuevos casos de enfermedades profesionales. Todo ello representa una enorme carga económica en razón de los gastos de indemnización, atención sanitaria y rehabilitación que hay que sufragar, y cuya cuantía puede suponer hasta el 4 por ciento del PIB anual, solo en costos derivados de lesiones laborales.