We analyze the economic consequences for less developed countries of investing in female health. In so doing we introduce a novel micro-founded dynamic general equilibrium framework in which parents trade off the number of children against investments in their education and in which we allow for health-related gender differences in productivity. We show that better female health speeds up the demographic transition and thereby the take-off toward sustained economic growth. By contrast, male health improvements delay the transition and the take-off because ceteris paribus they raise fertility. According to our results, investing in female health is therefore an important lever for development policies. However, and without having to assume anti-female bias, we also show that households prefer male health improvements over female health improvements because they imply a larger static utility gain. This highlights the existence of a dynamic trade-off between the short-run interests of households and long-run development goals. Our numerical analysis shows that even small changes in female health can have a strong impact on the transition process to a higher income level in the long run. Our results are robust with regard to a number of extensions, most notably endogenous investment in health care. Analizamos las consecuencias económicas para los países menos desarrollados de la inversión en la salud femenina. De este modo se introduce un nuevo marco de equilibrio general dinámico micro-fundada en que los padres compensan el número de niños contra las inversiones en su educación y en la que permitimos que las diferencias de género relacionadas con la salud en la productividad. Se demuestra que la mejora de la salud femenina acelera la transición demográfica y con ello el despegue hacia el crecimiento económico sostenido. Por el contrario, las mejoras de salud masculinos retrasan la transición y el despegue porque levantan fertilidad "ceteris paribus". Según nuestros resultados, la inversión en salud de la mujer, por lo tanto es una palanca importante para las políticas de desarrollo. Sin embargo, y sin tener que asumir el sesgo anti-femenino, también muestran que los hogares prefieren mejoras en la salud masculina sobre mejoras en la salud femenina porque implican una ganancia de utilidad estática más grande. Esto pone de relieve la existencia de un equilibrio dinámico entre los intereses a corto plazo de los hogares y las metas de desarrollo a largo plazo. Nuestro análisis numérico muestra que incluso los pequeños cambios en la salud de la mujer pueden tener un fuerte impacto en el proceso de transición a un nivel de ingresos más altos en el largo plazo. Nuestros resultados son robustos con respecto a un número de extensiones, la inversión más notablemente endógena en el cuidado de la salud.