La evolución de las estructuras familiares en el mundo muestra que existe una gran diversidad de familias. Siendo un fenómeno principalmente cultural, la familia es el reflejo profundo, en su estructura y sus funciones, de una historia y una cultura. El presente informe trata de analizar dicha diversidad. Efectivamente, ¿qué tienen en común la familia tradicional asiática, la familia aún más ampliada de Africa, la familia monoparental cada vez más frecuente en América del Sur, el "invierno demográfico" de una parte de Europa y el mantenimiento de la vitalidad demográfica de Estados Unidos?

Este enfoque por continentes es, por sí mismo, simplista, puesto que en el seno de un mismo continente, incluso en el seno de un mismo país, las diferencias siguen siendo considerables. Así pues, ¿es preciso renunciar a encontrar elementos que sean comunes a todas las familias del mundo? La respuesta, con toda seguridad, es negativa. En efecto:

• la transición demográfica mundial se acelera aún más rápidamente de lo que había previsto Naciones Unidas hace tan sólo diez años;
• la urbanización, el producto más visible del desarrollo económico, revoluciona tanto la estructura como las funciones de la familia tradicional, conduciendo a una gran individualización de sus miembros;
• todavía con grandes limitaciones, las mujeres adquieren nuevos derechos, en particular gracias a una duración más larga de su escolaridad, la cual pospone la edad de matrimonio y la importancia de la fecundidad "sufrida";
• el envejecimiento de la población mundial, que ya es crítico en los países desarrollados, se convertirá en un fenómeno de importancia mundial. (AU)