FUNSALUD considera que la reforma al SNS puede llevarse a cabo como el componente inicial de la seguridad social universal, por varias razones: en primer lugar, por los mandatos constitucionales del derecho fundamental de protección a la salud y para la atención de las enfermedades y accidentes de trabajo por parte de los patrones, que es necesario hacer efectivo bajo el principio de equidad y en el horizonte de los derechos humanos. En segundo lugar, por la imperiosa necesidad de hacer más eficiente el financiamiento y prestación de los servicios de salud para establecer las condiciones de operación de las instituciones de salud que les permitan responder a la demanda urgente de servicios especializados y de mayor tecnología que ya presenta el panorama epidemiológico actual y que se verá mayormente presionado por el incremento de las enfermedades crónico degenerativas y desde luego, la necesidad de construir un sistema de atención primaria a la salud que sea anticipatorio y resolutivo. En tercer lugar, las condiciones de los servicios públicos de salud tras el avance de la protección social en salud, son propicias para su integración y consolidación, ya que existe un avance considerable de homologación de muchas de sus acciones, lo que aumenta su factibilidad. En cuarto lugar, la salud es un bien público que está convalidado por la población en general, las instituciones y los actores políticos por lo que su universalidad cuenta de antemano con un mayor potencial de aceptación y viabilidad. Finalmente, una de las razones más importantes por las que se propone iniciar con la reforma de salud para la universalidad, es el papel que ésta tiene como un elemento de impulso al desarrollo, a través de elevar la productividad y cualidad del capital humano.