Este trabajo estima, con técnicas contemporáneas desarrolladas en el campo de la economía, los incentivos financieros que ofrece la seguridad social para la jubilación temprana y compara estas estimaciones con las de los países desarrollados. Descubro que el impuesto implícito al trabajo continuo aumenta con la edad y representa más de una tercera parte de los posibles ingresos de la persona a los sesenta y cinco años de edad. La tasa de sustitución que se aplica a las pensiones muestra el grado de generosidad del sistema brasileño de pensiones; en promedio, las pensiones corresponden al 60% de los ingresos laborales. En general, encuentro que los incentivos inherentes al sistema de pensiones colocan a Brasil en el nivel más bajo de los países desarrollados. Las tasas de sustitución, el impuesto implícito al trabajo y las tasas de acumulación de las pensiones, son similares en Brasil a los niveles que se observan en los EE.UU. y Canadá.